«La vida es simple, pero insistimos en hacerla complicada»— Confucio.
Tan simple como la frase con la que empezamos este post. Simplicidad y bienestar suelen venir de la mano. No sólo en la vida privada funciona, sino que para que nuestro trabajo sea realmente productivo, necesitamos deshacernos de lo que no nos sirve. Priorizar y priorizar, no queda otra.
Como si de un disco duro se tratase, nuestro cerebro va acumulando restos que impiden focalizarnos con lo que realmente avanzamos. Una de las técnicas para eliminar todo aquello que no nos aporta valor es la conocida como Lean Thinking. Se trata de una técnica de trabajo orientada a las necesidades reales del cliente. De hecho, en un sistema productivo, Lean significa ágil. Los recursos de los proyectos se adaptan rápidamente a los cambios del día a día con el fin de obtener procesos optimizados y eficientes, dirigidos al cliente final. Si quieres saber más sobre los principios del Lean Thinking, visita este post.
Además, de las premisas más importantes de un trabajo productivo es la necesidad de focalizarnos en una sola cosa. A través de la meditación o el Mindfulness, podemos educar nuestra mente para conseguirlo y huir así de la infructífera multitarea.
Llevar una vida minimalista en el trabajo, también nos permite disfrutar de una mayor versatilidad. Los cambios inesperados, contratiempos o modificaciones de última hora, sólo podemos canalizarlos adecuadamente si no viajamos con tantas cosas sobre nuestras espaldas. Así podremos movernos mejor, a través de habitaciones con menos muebles.
¿Cómo empezar pues a llevar una vida minimalista en el trabajo? Lo primero que debemos hacer es un recuento de todas las herramientas que usamos a diario. ¿Realmente nos sirven o son agujeros negros para la productividad? Priorizar y priorizar.
Es curioso comprobar cómo se ha ido simplificando el escritorio de trabajo. Hoy día, todo lo tenemos en el escritorio de nuestro navegador, y no tanto en el de nuestro disco duro. Todo se reduce, incluso las aplicaciones para un trabajo producto se solapan muchas de ellas. ¿Cuántas apps usas para comunicarte con tu equipo? Utilicemos herramientas con las que podamos hacer todo lo que necesitemos de manera integrada, en una sola.
En una vida minimalista, todo gira en torno al espacio. Centremos nuestras necesidades en un solo espacio. En una sola aplicación con la que podamos planificar, generar informes, gestionar recursos, presupuestar, comunicarnos con nuestro equipo, simular escenarios, editar procesos ya publicados, entre las cosas realmente necesarias del día a día. Todo a través de un uso fácil y sencillo.
Al fin y al cabo, aplicaciones online como Sinnaps permiten centrarnos en tener tiempo y disfrutar de lo que verdaderamente nos importa. Y es que si llevamos una vida minimalista, empezaremos a notar los efectos de la libertad y simplicidad.
No viene mal recordar cuáles son los tipos de despilfarros más comunes, con el fin de eliminarnos de nuestra vida laboral. Esto es lo que no aporta valor al cliente, así como a la relaciones laborales que construyas.
Tipos de despilfarros
— Sobreproducción
— Tiempos de esperas
— Transportes innecesarios
— Procesos tradicionales, supuestamente inamovibles
— Inventarios o existencias innecesarias
— Posiciones o sistemas de trabajo incómodos para el equipo
— Defectos y reparaciones
— Mala asignación de competencias inadecuadas en personal inadecuado
Y recuerda que tu seguridad laboral o profesional depende de lo que seas capaz de aportar a otros seres humanos. El bienestar laboral está dejando de ser algo vertical y cada vez será más horizontal, dependerá de tu red de relaciones, de su amplitud y profundidad, y de tu capacidad de aprender. Esto sólo se consigue, si dejamos espacios a lo que verdaderamente nos enriquece.
En definitiva, la simplicidad de la vida consiste en ser uno mismo. A veces, actuar nos hace entrar en dinámicas que nos alejan de nuestros propósitos reales.
Let’s get things done! 😉