No es fácil. Tener una disciplina y, además de manera continuada, es complicado. Por eso, conviene seguir algunos de estos trucos que Edith Gómez, de Gananci, nos explica cómo ser productivos con nuestro trabajo gracias a una vida disciplinada.
La disciplina es la capacidad que puede desarrollar un ser humano de actuar ordenadamente en pro de lograr un objetivo. Esto significa que a pesar de la constancia y la perseverancia que se tenga para lograr algo, es mandatorio disponer de un orden personal que nos ayude a cumplir con nuestros objetivos de un modo más seguro.
Para llevar a cabo las decisiones importantes que tomamos a lo largo de la vida, la disciplina es la clave. Una persona disciplinada es una persona que tiene autocontrol, esto supone una velocidad de decisión más rápida, positiva y una actuación por convicción, no por impulso.
La mayoría del tiempo nos proponemos cosas como “el lunes comenzaré la dieta” o “esta semana haré ejercicio”, pero al final terminamos tumbados en la cama. ¿Cómo te sientes después? Lo más seguro es que te sientas decepcionado y probablemente, ya no quieres repetir este patrón una y otra vez. Así que, puedes tomar nota para ser más disciplinado de ahora en adelante.
- Define lo que quieres
Primero que nada, establece objetivos y metas claras de lo que quieres lograr ¡sé realista! Esto es algo que tienes que adoptar como un hábito, o de lo contrario, estarás de allá para acá buscando qué hacer. A veces no es tan fácil saber lo que queremos.
Dedica algunos minutos en pensar sobre las cosas que has logrado ¿qué hiciste? ¿Cómo lo hiciste? Si marcas una diferencia entre tus logros y fracasos, llegarás a la conclusión de que todo lo logrado fue porque así lo decidiste.
- Arma un plan
Después de tener tus objetivos claros, es necesario que armes un plan donde marques con horas y fechas los pasos a seguir.
Si por ejemplo, quieres bajar de peso en un determinado tiempo, debes armar un plan de acción donde indiques cuántas comidas al día debes hacer, qué tipo de comida consumir, a qué hora irás al gimnasio, qué rutinas hacer, etc.
- Ten un plan de respaldo
En la vida siempre hay que tener un plan B. Indudablemente, seas disciplinado o no, hay cosas que no se dan y de manera inevitable puedes sentir que nunca vas a conseguir tus sueños.
Pero si tienes un plan B, te preparas mentalmente para controlar la situación en caso de que no se lleve a cabo tu plan principal. De esta manera, no te dejas llevar por las emociones, sino que te enfocas en otros objetivos.
- Aléjate de las tentaciones
Las tentaciones siempre nos llevan por el mal camino, así que lo más importante es que seas fuerte y te alejes de ellas por completo.
Visualiza este ejemplo: estás trabajando en un proyecto que debes entregar para mañana a primera hora, sabes que si revisas alguna de tus redes sociales perderás tiempo valioso, y sin embargo quieres hacerlo. Es aquí donde debe tomar acción el autocontrol y debes decirte a ti mismo ¡no, ahora no!
- Trabaja la disciplina
La disciplina es como un músculo que hay que ejercitar todos los días para que pueda alcanzar todo su potencial.
Así que establece metas sencillas y a corto plazo para que poco a poco comiences a ganar disciplina. Si siempre has sido una persona indisciplinada y de la noche a la mañana te propones una meta súper ambiciosa, es muy posible que falles.
- Deja lo que no te gusta para el final
A pesar de que disfrutemos de ciertas actividades, como nuestro trabajo por ejemplo. Siempre habrá algún aspecto que no nos gustará.
Si comienzas a ejecutar lo que no te gusta, tardarás más de la cuenta e incluso pensarás en dejarlo para después. Para que esto no ocurra, comienza a hacer lo que disfrutas y lo demás déjalo para la parte final.
- Cree en ti
Convertirse en una persona disciplinada no es sólo tener autocontrol, sino tener cierta confianza en sí mismo. Las limitaciones mentales siempre te estancan y te desvían del camino.
Las personas que no creen en sí mismas, ven los sueños demasiado grandes y dejan de luchar. Son personas que jamás podrán alcanzar la disciplina.
Así que NO te enfoques en lo que no puedes hacer, sino en lo que SÍ puedes hacer, sólo así comenzarás a creer en quien eres.
- Visualiza tus objetivos
Cuando te traces un plan, imagina cómo sería alcanzar la meta ¿cómo te sientes? ¿Qué dices? ¿Cómo cambia tu vida?
En definitiva, visualizar cómo sería tu vida después de alcanzar la meta, te motivará a ser más disciplinado.
Una vez alcanzada, recompénsate por el logro.
Autora invitada: Edith Gómez es editora en Gananci. Es un blog con artículos inspiradores y formativos, sobre emprendimiento, negocios, marketing, crecimiento y desarrollo personal. Comparte a diario nuevos contenidos que motivan y sirven de apoyo a aquellos que quieren iniciar su nueva aventura emprendedora.